Despues de tres meses, heme aquí.
Podría decirse que todas esos éxtasis cotidianos al pasar por el paradero no han cambiado mucho.
Por las mañanas, alrededor de las 6:30, atravieso cuatro caminos para llegar al camión que me lleva a la fes y por las tardes hago el mismo recorrido para llegar a mi casa.
Hubo días memorables, como aquella vez que había una señora en el suelo, hablando sola y rascándose sus genitales en frente de todos.
El shock fue indescriptible, la mire por unos segundos y el típico escalofrío , recorrió toda mi espalda.
Por primera vez quise salir corriendo de ahí.
Otro día mientras caminaba a lado de puestos de comida grasientos, percibí el penetrante olor a mariguana y observé un par de polícias comiendo en un puesto de caldos de gallina , sonó una canción de Control Machete y por primera vez sentí la verdadera esencia de México.
